Cristo sufrió por todos los pecados de algunos hombres (John Owen)



En esta cita del libro de John Owen se responde la pregunta: ¿Por quiénes murió Cristo? Históricamente hay dos posiciones en cuanto a la redención efectuada por Cristo en la cruz:

 A) La redención universal: Que dice que murió por todos (por cada individuo del género humano).
 B) La redención particular: Que dice que Cristo murió solo por un pueblo escogido antes de la fundación del mundo (es decir Su Iglesia). 

 La posición histórica y confesional se alinea con la posición B (redención particular o conocida también como «expiación limitada»). Desde la eternidad, Dios decretó justificar a todos los escogidos;1 y en el cumplimiento del tiempo, Cristo murió por los pecados de ellos, y resucitó para su justificación;2 sin embargo, no son justificados personalmente hasta que, a su debido tiempo, Cristo les es realmente aplicado por el Espíritu Santo. 3 1. 1 P. 1:2,19,20; Gá. 3:8; Ro. 8:30. 2. Ro. 4:25; Gá. 4:4; 1 Ti. 2:6. 3. Col. 1:21,22; Tit. 3:4-7; Gá. 2:16; Ef. 2:1-3. Confesión de fe bautista de 1689 – (Capítulo 11- punto 4). Énfasis añadido. Owen, por supuesto, de acuerdo a la doctrina reformada es un partidario de la redención particular y expresa el problema en forma de tres enunciados para explicar este tema. Leamos un extracto de su libro.
 
Por Alejandro Riff

 EXTRACTO


Está claro de muchos textos de la Biblia que el Padre castigó a Cristo Jesús por nuestros pecados. Por ejemplo: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Cor.5:21). Podemos decir que Cristo sufrió y murió en lugar de nosotros. Siendo esto cierto, ¿No es extraño que Cristo sufriera en lugar de los que sufrirán por sus propios pecados? Podemos plantear el asunto de la siguiente manera:

 A. Cristo murió por todos los pecados de todos los hombres
 B. Cristo murió por todos los pecados de algunos hombres
 C. Cristo murió por algunos pecados de todos los hombres.

Si la última declaración es cierta, entonces todos los hombres han sido dejados todavía con algunos pecados y nadie será salvo. Si la primera declaración es la verdad, entonces ¿Por qué no son librados todos los hombres del pecado? Si alguien responde que es a causa de su incredulidad, entonces yo pregunto, ¿La incredulidad no es un pecado? Si no es un pecado, entonces ¿por qué son castigados los hombres por ser incrédulos? Si es un pecado, entonces tiene que ser incluido entre los pecados por los cuales Cristo murió. Entonces la primera declaración no es cierta. 

 Queda claro entonces que la única posibilidad que permanece, es que Cristo sufrió por todos los pecados de algunos hombres. Es decir, solamente por los pecados de los elegidos. 

 John Owen (1616-1683) Teólogo puritano inglés. Libro: Vida por su muerte, pag. 12.

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