¿Qué es nacer del "agua y del Espíritu"? (Juan 3:5)






Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.  (Juan 3:5 - RV-SBT)

Existen tres aspectos cruciales a analizar en el diálogo entre Jesús y Nicodemo. En primer lugar, nos encontramos ante la doctrina del nuevo nacimiento o regeneración. Desde el enfoque reformado, la regeneración precede la fe. Sin embargo, es fundamental reconocer que, al momento que Dios otorga la fe para creer, también se manifiesta un arrepentimiento de pecados. Todo esto ocurre después de que la persona ha sido expuesta a la proclamación de la Palabra de Dios, con el Espíritu Santo iluminando y aplicando esa palabra en el corazón. Hasta aquí, todo claro.

Dado que ya hemos identificado la doctrina del nuevo nacimiento como punto de referencia, surge la inquietud sobre los demás elementos: ¿a qué aluden el agua y el Espíritu?

Iniciemos con lo más sencillo: el Espíritu. Es conocido que el uso de mayúsculas en la Biblia puede ser interpretativo, dado que el texto griego de Juan probablemente se redactó en letras mayúsculas (escritura uncial), conforme al estilo de la época. Las traducciones bíblicas emplean acertadamente "Espíritu" con mayúscula y se debe a que la palabra "neuma" (Espíritu) se encuentra en el caso genitivo griego, indicando "procedencia". De este modo, se descarta que el nuevo nacimiento sea un acto inherente al individuo, como un auto-renacimiento espiritual, y se confirma que este proceso es fruto de la obra "del Espíritu" divino.

Pasemos ahora a lo complicado, qué es «el agua». Bien, los teólogos en la historia no se han puesto de acuerdo. Veamos algunas proposiciones que se han realizado a lo largo de los siglos:

A) El agua es el bautismo cristiano

Este argumento se derrumba por ser "anacrónico", considerando que la Gran Comisión de Jesús en Mateo 28 y Marcos 16 con respecto al bautismo aún no se había establecido. Además, la enseñanza apostólica sobre el bautismo vendría posteriormente.

B) El agua es la Palabra de Dios

Fundamentados en Efesios 5:26, donde se habla del «lavamiento del agua por la Palabra», algunos sostienen que "agua" es sinónimo de "Palabra de Dios". Sin embargo, resulta poco probable que Jesús empleara una metáfora tan elaborada para evitar referirse a las Escrituras del Antiguo Testamento, con las que Nicodemo estaba familiarizado.

C) El agua es una referencia solo a la purificación de pecados

Con base en Ezequiel 36:24 y 27, donde se menciona: "esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados", y también se describe la obra del Espíritu: "os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros", algunos llegan a la conclusión de que "agua" representa la "purificación" de los pecados. Este punto de vista es válido, ya que establece un nexo con las Escrituras del Antiguo Testamento que Nicodemo conocía. Sin embargo, considero que esta interpretación necesita ser complementada con "algo más", especialmente teniendo en cuenta el contexto histórico en el que Jesús se dirige a Nicodemo.»

D) El agua (y el Espíritu) es una referencia integral al anuncio de Juan el bautista rechazado por los fariseos

Creo que la interpretación más acertada es una amalgama entre las opciones C y D, no en un sentido excluyente, sino en uno complementario. Juan bautizaba en agua como un acto simbólico externo, permitiendo que la gente reconociera su mensaje de arrepentimiento y la inminente llegada del Mesías, a quien Juan estaba preparando el camino, como se menciona en Mateo 3:3. Los que se sometían al bautismo confesaban sus pecados (Mateo 3:6) y esperaban la llegada de Aquel que los bautizaría con "Espíritu Santo y fuego", según Mateo 3:11:

"Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene después de mí es más poderoso que yo, del cual no soy digno de llevar el calzado; él os bautizará en el Espíritu Santo y fuego."

En este contexto, las palabras de Juan, que resonaban día tras día en las aguas del río Jordán, eran un eco constante de la frase "agua y Espíritu". Y cuando llegó el momento de manifestar al Mesías, Juan proclamó acerca de Jesús: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo".

Contexto que apoya la idea

La declaración de Jesús a Nicodemo sobre la necesidad de "nacer del agua y del Espíritu" debería interpretarse dentro del contexto en el que Juan el Bautista había estado preparando el terreno para recibir a Cristo . Juan no solo bautizaba en agua como un acto simbólico de arrepentimiento y purificación, sino que también proclamaba la llegada del Mesías, quien bautizaría "en Espíritu Santo y fuego". 

Podemos imaginar que si Juan estuviera explicando su mensaje, podría decir algo como: "Estoy preparando al pueblo para recibir al Mesías prometido en las Escrituras. Si os arrepentís de vuestros pecados, bautizaos en las aguas del Jordán como señal de ese arrepentimiento y creencia en mi mensaje. De este modo, estaréis preparados para cuando os presente al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y que os bautizará con el Espíritu Santo".

Por lo tanto, cuando Jesús conversa con Nicodemo, está sintetizando y llevando a su culminación todo el mensaje y la labor que Juan el Bautista había realizado al señalar hacia Cristo, el Salvador. ¡Y Nicodemo se encontraba justo frente a Él!

En Juan 3:11, Jesús habla del "rechazo del testimonio", diciendo: "testificamos; y no recibís nuestro testimonio". Este rechazo se extiende en gran medida a los fariseos, quienes en su mayoría habían desestimado el ministerio de Juan. Por consiguiente, no estaban preparados para recibir al Mesías. Incapaces de percibir el Reino de Dios y a su representante, se encontraban aún en su estado pecaminoso. Practicaban una religión de apariencias, pero con un corazón distante de Dios.

¿Nació de nuevo Nicodemo?

La pregunta acerca de si Nicodemo experimentó el "nuevo nacimiento" es intrigante y las pistas que ofrecen los evangelios nos permiten especular de manera fundamentada. A diferencia del joven rico, quien rechazó la enseñanza de Jesús y se fue entristecido, sin volver a aparecer en los registros bíblicos (Mateo 19:22), Nicodemo reaparece en dos ocasiones significativas en el Evangelio de Juan, lo que sugiere un cambio en su comprensión y quizá en su fe.

Primero, en Juan 7:50, Nicodemo, quien era parte del Sanedrín, el consejo religioso judío, defiende a Jesús argumentando que la ley no permite juzgar a un hombre sin escucharlo y conocer lo que hace. Su intervención es notable porque se realiza en un ambiente hostil hacia Jesús, y la postura de Nicodemo pone en evidencia un contraste respecto a la actitud predominante entre los fariseos y otros líderes judíos que no solo negaban a Jesús como el Mesías, ¡sino que querían matarlo!

Segundo, Nicodemo aparece nuevamente tras la crucifixión de Jesús. En Juan 19:39-42, se le describe como uno de los hombres que se encargan de preparar el cuerpo de Jesús para la sepultura. Este acto era altamente significativo y arriesgado en el contexto de la época, dado que Jesús había sido condenado como un criminal. Al tomar parte en este acto de piedad, Nicodemo se expone a represalias sociales y quizás incluso legales.

Estas apariciones subsecuentes de Nicodemo podrían interpretarse como indicios de una fe emergente y creciente, un corazón que se está inclinando hacia el reconocimiento de Jesús como el Mesías y un entendimiento más profundo del Reino de Dios que Jesús vino a establecer. Aunque la Biblia no ofrece una afirmación explícita sobre si Nicodemo nació de nuevo en el sentido que Jesús describe en su conversación nocturna, las acciones subsiguientes de Nicodemo sugieren una transformación interna. No sería descabellado considerar que estos actos de coraje y devoción pudieran ser frutos de un "nuevo nacimiento" espiritual.

¡Tal vez Nicodemo había realmente nacido del agua y del Espíritu!


-Pastor Alejandro Riff




Entradas populares de este blog

Entendiendo la «Doctrina de la impasibilidad de Dios» de manera sencilla

¿Qué es la «Teología del Pacto»?